Globalvia es uno de los principales gestores de infraestructuras en el sector del transporte con concesiones en ocho países y, de forma activa, identificando nuevas oportunidades por todo el mundo. En cada país, con sus características y con sus propios planes de desarrollo de infraestructuras, se generan proyectos tanto en ámbitos urbanos como interurbanos, dando cabida directa a la iniciativa privada o en procesos de colaboración público-privada.
Globalvia es consciente de los importantes cambios tecnológicos que afectan y afectarán a corto y medio plazo al uso que se hace de las infraestructuras. Vehículos eléctricos, vehículos autónomos, “platooning”, C-ITS, “Free-Flow”, vehículos compartidos (car sharing), interoperabilidad europea de telepeaje, “Big Data” o, la más que necesaria combinación de ellos, no son sólo palabras que se escuchan en los foros de innovación, sino que son algunos ejemplos de cambios tecnológicos que ya empiezan a estar presentes poco a poco en nuestro día a día y de otros que ya se encuentran en fases avanzadas de gestación y que pronto serán una realidad en nuestras vidas.
En el ámbito urbano, actualmente las ciudades se enfrentan a dos grandes retos: por un lado la gestión de la movilidad por los incrementos de población y por otro la gestión medioambiental.
Ciudades sostenibles y amigables con el usuario y con el entorno penalizan el uso del vehículo privado dentro del área metropolitana, proliferando fenómenos relacionados con la movilidad privada y sostenible como el alquiler de bicicletas, vehículos eléctricos y vehículos compartidos. Algunos agentes involucrados en el sector se cuestionan si estos nuevos servicios reducirán el uso del transporte público, pero estos desplazamientos están mayoritariamente asociados a viajeros recurrentes, mientras que el uso del vehículo compartido lo está con desplazamientos ocasionales. Como ejemplo, los usuarios del metro en Madrid, donde Globalvia está presente con tres concesiones, han aumentado en 2017 un 7,2 % respecto a 2016, estando en ese periodo ya plenamente operativos en la capital dos sistemas de coche compartido que suman 1.000 unidades, además de dos sistemas de moto compartida y uno de bicicletas. Igual puede decirse que ocurre en otras capitales europeas donde se han implantado éstos.
Dentro de la movilidad interurbana, en España, tras una década en la que la inversión en infraestructuras ha sufrido continuas reducciones, los importantes déficits existentes en las redes de transporte deben corregirse. En materia de autovías, el nuevo plan de inversiones 2018-2020 (PIC), bajo el régimen de concesión que está desarrollando el Gobierno, tiene como objeto la construcción de nuevas infraestructuras pero también, con igual importancia, la implementación de mejoras y mantenimiento de las existentes que modificarán el concepto que los conductores tienen de sus viajes. La experiencia acumulada en este tipo de proyectos permite que Globalvia se presente como una empresa solvente, capaz de gestionar éstos en todo su periodo concesional y no sólo durante la construcción.
En este contexto de mejoras de la red, ya a nivel mundial, la irrupción del vehículo con capacidad de comunicarse con vehículos próximos (V2V, “platooning”), de “visualizar” por sí mismos la infraestructura que recorren (vehículos autónomos), de comunicarse con la infraestructura (V2I) para trasladar información a otros vehículos que circulan por la misma infraestructura o de recibir información de la infraestructura (I2V), transformará el tiempo de conducción en tiempo “útil” que podrá dedicarse a otras tareas. Se ha demostrado que el verdadero beneficio de estos vehículos se conseguirá cuando consigan conectarse tanto entre ellos como con la infraestructura. Al sacar el factor humano de la ecuación de la conducción, se conseguirá un alto beneficio social gracias a la reducción de la accidentabilidad y de los niveles de congestión.
Actividades como detenerse en una plaza de peaje a realizar el pago del mismo se nos presenta, ante los inminentes cambios tecnológicos, como un escenario caduco y, tecnologías como Free-Flow o pagos con dispositivos móviles sin necesidad de detenerse que Globalvia ya utiliza en diferentes activos, son una realidad cada día más extendida.
La combinación de todo lo anterior y el uso de motores menos contaminantes y su forma de recargarlos plantean un escenario para los próximos años en el cual las cláusulas de progreso de los contratos estarán orientadas a adaptar las vías para la circulación y conexión de estos nuevos tipos de vehículos.
En el ámbito de los ferrocarriles de España deben completarse las redes de alta velocidad necesarias para finalizar la conectividad territorial. Si bien es el Estado el promotor de estas infraestructuras a través de ADIF, en el año 2020 está prevista la liberalización del transporte de pasajeros, lo cual supone una oportunidad para compañías como Globalvia que ya cuenta con experiencia en metros y tranvías con 8 concesiones operativas en España y con Licencia de Empresa Ferroviaria para transporte de mercancías y pasajeros. Otros países como Reino Unido o Estados Unidos están apostando por corredores de alta velocidad, destacando la conexión Los Ángeles-San Francisco donde Globalvia participó en la definición de la estrategia de operación de la línea.
Complementando a los avances en vehículos e infraestructuras, se están incorporando otras novedades tecnológicas que pueden redefinir la forma en la que se prestan los servicios de movilidad: Big Data, Internet of Things, Automatización, Inteligencia Artificial, robótica o incluso drones.
Estas novedades tienen implicaciones que afectan de forma diferente a autopistas y ferrocarriles:
- Necesidades del usuario: a través de Big Data se analizan escenarios en los que los sistemas serán los que informen de los recorridos alternativos en tiempo real, determinando la ruta y el medio de transporte óptimo, permitiendo adaptar su capacidad según demanda introduciendo precios dinámicos e incluso en el escenario de coche autónomo, tomando la decisión por nosotros.
- Diseño de las infraestructuras: implica grandes inversiones y es importante considerar las necesidades de los distintos grupos de interés en los proyectos. Predecir la evolución de estas necesidades es ya una realidad mediante la aplicación de técnicas de Big Data. Una vez decidido el proyecto es preciso incorporar nuevos elementos en su diseño como, por ejemplo, los que permiten mejorar la seguridad y la integración con el entorno como materiales más ecológicos, pintura que muestra cambios de temperatura o visible de noche sin necesidad de luces, pavimentos que almacenan energía y que permiten la carga de vehículos eléctricos, etc.
- Operación y mantenimiento de la infraestructura: en este ámbito el Big Data, el IoT y la inteligencia artificial facilitan la automatización y la toma de decisiones sobre el funcionamiento de los distintos elementos que la componen.
Globalvia va a seguir desempeñando un papel relevante en la gestión de infraestructuras con sus contratos de entre 20 y 99 años de duración, incorporando innovaciones tecnológicas presentes y futuras a sus procesos. Para ello, Globalvia se encuentra presente en distintos foros nacionales e internacionales del sector, colaborando en la implementación de nuevos modelos de transporte que integren las diferentes tipologías de innovación dentro de un adecuado marco regulador. Además, cuenta con una estructura orientada a la innovación y con políticas internas basadas en la sostenibilidad y la satisfacción del usuario como principales ejes de su modelo de gestión y toma de decisiones.