Introducción
La rápida incorporación de nuevas tecnologías en el sector de la automoción se espera que genere un cambio no sólo en la movilidad sino también en nuestro estilo de vida debido a la incorporación paulatina y constante de vehículos conectados, autónomos y automatizados en nuestras carreteras.
A día de hoy, aunque a priori pudiera parecer contradictorio, la tecnología no es la pieza clave para un despliegue masivo de este tipo de vehículos, sino que aspectos como la colaboración entre los diferentes sectores involucrados, la aceptación social, la legislación y la ética son cruciales para hacer de esta revolución todo un éxito.
Debido a que los factores que propiciarán su acogida y que los impactos sobre las infraestructuras son numerosos, a lo largo de este año publicaremos diferentes posts en los que trataremos diversos temas con el objetivo de generar un debate abierto.
“El objeto de toda discusión no debe ser el triunfo, sino el progreso”
Joseph Antoine René Joubert
El nombre también importa
Las diferentes nomenclaturas que se le da al vehículo sin conductor según el foro en el que nos encontremos podrían parecer insignificantes a priori. Sin embargo, como veremos, estas pequeñas diferencias condicionan su uso y requisitos:
Vehículo conectado
Hasta hace muy poco el coche era uno de los pocos entornos que no estaba conectado a la red; sin embargo, la integración de las tarjetas SIM en el salpicadero de los vehículos ha supuesto un cambio de tendencia. Este hecho implica importantes mejoras en la seguridad vial gracias al sistema e-Call que permite la conexión de los vehículos con los centros de emergencias, siendo obligatorio para todos los vehículos salidos de fábrica a partir de 2019.
El verdadero potencial del coche conectado se producirá cuando cada vehículo sea capaz de comunicarse con otros (vehicle to vehicle – V2V) recibiendo información en tiempo real, precisa y anticipada, sobre fenómenos meteorológicos, congestión, cortes en la vía y accidentes con el objetivo de tomar decisiones por parte del vehículo o conductor.
Vehículo autónomo
El poderoso lobby del automóvil lleva años investigando cómo desarrollar e incorporar sistemas a bordo del vehículo que permitan una total independencia del resto de elementos que conforman la red de transporte. Esto ha llevado a que los vehículos incluyan dispositivos muy sofisticados (LIDAR, radar, cámaras, sensores de ultrasonidos, GPS…) que, según afirma la industria, lo harían autosuficiente ante cualquier situación.
Sin embargo, la falta de redundancia de sistemas, el riesgo durante el periodo de tráfico mixto1 y la ética programada del propio vehículo entre otros hacen que esta tecnología sea frágil ante acontecimientos imprevistos.
Entonces, ¿por qué la industria del automóvil ha optado por esta vía? El recelo es la respuesta para todo:
- Recelo a la información provista por la infraestructura: lenta de implantar, poco confiable debido a la latencia2 de las comunicaciones y, además, no se prevé una sensorización masiva de la red sino únicamente en zonas estratégicas (vías de altas prestaciones y entornos urbanos).
- Recelo al resto de compañías automovilísticas: esto es una carrera de fondo y el vehículo sin conductor es su producto del futuro, por tanto, cuanta menos información necesite compartir con la competencia mejor.
- Recelo al lobby de las telecomunicaciones (telcos): El despliegue del 5G no se espera a corto plazo en todas las regiones del mundo, por tanto, si dependen de ello su vehículo autónomo se retrasaría en el tiempo o limitaría su mercad.
1Tráfico mixto: convivencia del vehículo convencional y el autónomo en la infraestructura.
2Latencia: es el retraso temporal que se produce entre que una señal es enviada y recibida dentro de la red de comunicaciones.
Vehículo automatizado
Como hemos visto hasta ahora, la investigación ha estado orientada a mejorar las capacidades del vehículo en si mismo. Sin embargo, la tecnología a bordo del vehículo, la conexión entre vehículos y la conexión con la infraestructura es lo que se denomina vehículo automatizado o vehicle-to-everything (V2X). Esta nueva corriente aboga que la conexión del vehículo “con todo” supondrá una mejora radical en la seguridad y facilitará su despliegue.
Si bien es verdad que el vehículo conectado y autónomo parece una solución viable y segura cuando el 100% de la flota lo sea, durante el periodo de transición en el que coexistan vehículos tradicionales y autónomos el rol de la infraestructura será crucial para guiar y dar soporte a los vehículos.
La colaboración entre diferentes entidades está aún en un estado muy embrionario ya que el perfil de cada una de las industrias involucradas es muy distinto. Por ejemplo, el sector de las infraestructuras es tradicional y con un alto componente público lo que la convierte en lenta al cambio; sin embargo, las telcos están acostumbradas al cambio y tienen gran capacidad para invertir en diferentes tecnologías.
A consecuencia de este nuevo escenario, la infraestructura vial se enfrenta a que su operación tradicional podría cambiar dejando de ser un mero proveedor de soporte físico para convertirse también en un proveedor de información digital. Este cambio tiene grandes implicaciones para el sector ya que dejaría de ser un elemento “pasivo” en la circulación para convertirse en un elemento “activo y proveedor de servicios”, lo que llevaría a abordar temas como seguridad y gestión de flotas.
¿Están los operadores de infraestructuras preparados para este cambio? ¿Los actuales modelos de colaboración público-privada cubren las necesidades del futuro? ¿Necesita el sector pensar sobe nuevos modelos de negocio que cubran los riesgos del futuro? ¿Cambiará el negocio concesional cuando se produzca esta situación?
Conclusiones
Parece que para que el desarrollo se acelere y las condiciones de seguridad sean óptimas para un despliegue masivo, los diferentes agentes involucrados en el transporte están condenados a entenderse. Por tanto, cada vez son más los consorcios que tratan de aunar esfuerzos para encontrar y estandarizar los sistemas más eficientes y seguros que desplegar en las carreteras.
“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”
Proverbio africano